No se su nombre, quizá nunca más la vuelva a ver, pero puedo averiguarlo; no lo haré porque para mí ella es Frankie.
Muy alta, vestida de negro con enormes zapatos bombachos, de achatada, y lo que mejor recuerdo es su largo cabello negro con mechones verde tornasolado (que le dejó probablemente un tinte color chicle, o quizá simple y sencillamente tuvo ganas de teñirlo color verde cola de sirena), que luce adorablemente repugnante.
Frankie canta, con la postura típica de un metalero (lo siento, no se cómo definirla mejor): caminando encorvada, como si exaltara el ombligo, encogiendo el cuello y empujando la cabeza al frente. Su voz es aguardentosa, pero su actitud la hace la mejor, al menos entre las púberes de su grupo.
Con el hula-hula de su hoop dance me hace imaginarla en una pista de circo, con un tutu rosa, patines blancos, medias de redecilla y un tocado de plumas en su cabeza; pero siempre con ese delineador negro en sus ojos y el poco cepillado cabello que la hace tan atractiva.
Su novio me parece un idiota. Demasiado "marcado", con playeras ajustadas y estampadas con iconos del heavy metal, sus pulseras y gargantillas de púas. "Van Halen" sacude su hermosa cabellera (claro, es sarcasmo, porque es demasiado sedosa, rubia y limpia para mi gusto), pero a los 20 segundos parece recordar que ha perdido el estilo y deja de rockear para alaciarse el hermoso atractivo. No deja de sostener el micrófono cuando se acicala, pero pareciera, porque tiene una voz tan apagada como el aficionado que llama para pedir boletos en la radio.
Ella es maravillosa, con esas uñas negras despostilladas, su labial rojo sangre y el avizoramiento de su ombligo por debajo de la reducida playera.
Ella "tiene actitud"; brilla como un domingo en pijama o los restos de una pizza en la caja de cartón embadurnada de salsa. Ella es Frankie... mi amor.
EL INUTIL Y JAMAS PREGUNTADO MOTIVO DE ESTE BLOG
La verdad es que todo mundo escribe lo que le viene en gana, y es justo eso lo que se propone Mochila Mochila (como algunos amigos me conocen). Escribo poesia, anécdotas, patoaventuras y una que otra banalidad relacionada con mi vida en esta enorme pero hermosísima ciudad.
WELCOME!!!
martes, 3 de mayo de 2011
miércoles, 9 de febrero de 2011
(a josué)
Creímos que habría revolución, que continuaría la tradición centenaria de la movilización y 2010 sería el tiempo de un cambio en la estructura; los motivos ahí estaban. Pero nada ocurrió, la profecía no se cumplió y sólo fue una teoría con la praxis en el aire, como la del fin del mundo en el 2000 e igual de barata que otras tantas.
Hoy, los movimientos sociales, sino es que muertos, están "como aletargados". Las ámpulas que levantaban la intervención extranjera, los siniestros devastadores y el derroche económico en pro de la imagen fantasma se curan con Cicatricure y terapia ocupacional a base de televisión.
Ya no hay resonancia; los nombres propios se enaltecieron y permanecerán en las memorias desde que posan para la portada de revistas socialité, desde que están en mente como un ejemplo a seguir, desde que se aspira a su riqueza, sus acciones, su inteligencia, su nombre y apellidos. El nombre del colectivo se enuncia para insultarlo y burlarse de él;se le apoda como reclamo por ser bastardo; se le tiene presente sólo para que, como mero requisito, se le haga saber que forma parte de la junta directiva, no para opinar, sino para que sepa que debe estar enterado y debe estar de acuerdo.
Farol en la calle, penumbra en la casa. Encender las luces en la casa no llenará de glamour las aceras, pero tentará a encender otras luces, iluminar otros predios. No se si saldré de casa, no se si robaré de la mía las bombillas para regalarlas por la calle y de puerta en puerta (cosa absurda porque entonces yo me quedaría en la penumbra). Pero cuidaré mi farola, le quitaré las pantallas, sacudiré el polvo y la reemplazaré apenas se funda; porque quien sabe, quizá mi vecino quiera ver por si mismo y no le baste con la luz que se filtra por debajo de su puerta. Él también quiere luz propia.
En este tablero, somos reyes o somos peones. Pero no hay razón para no cambiar de juego. La información es poder y la lectura un arma de revolución, la más poderosa. A mi no me corresponde quejarme, me corresponde escuchar y proponer; pero como mexicano es muy común gritar para darme a entender. No es una ley, tampoco es como si porque todos lo hacen sea motivo para dejarme caer; si empiezo a remover porque veo que las cosas son A, ¿por qué me sorprendo de encontrarme con las cosas A?
No quiero dejar el problema a otros; no quiero perpetrarlo en mi actitud, mi lenguaje, mis costumbres. Quiero invertir mi tiempo para que el mejor legado sea el know how del no seguir la corriente, del educar no para ser "alguien en la vida" sino para tener más opciones. No es el criterio que te forma la escuela, es el criterio que te da la información, la crítica y la introspección, la mano izquierda, lo obtuso.
Hoy, los movimientos sociales, sino es que muertos, están "como aletargados". Las ámpulas que levantaban la intervención extranjera, los siniestros devastadores y el derroche económico en pro de la imagen fantasma se curan con Cicatricure y terapia ocupacional a base de televisión.
Ya no hay resonancia; los nombres propios se enaltecieron y permanecerán en las memorias desde que posan para la portada de revistas socialité, desde que están en mente como un ejemplo a seguir, desde que se aspira a su riqueza, sus acciones, su inteligencia, su nombre y apellidos. El nombre del colectivo se enuncia para insultarlo y burlarse de él;se le apoda como reclamo por ser bastardo; se le tiene presente sólo para que, como mero requisito, se le haga saber que forma parte de la junta directiva, no para opinar, sino para que sepa que debe estar enterado y debe estar de acuerdo.
Farol en la calle, penumbra en la casa. Encender las luces en la casa no llenará de glamour las aceras, pero tentará a encender otras luces, iluminar otros predios. No se si saldré de casa, no se si robaré de la mía las bombillas para regalarlas por la calle y de puerta en puerta (cosa absurda porque entonces yo me quedaría en la penumbra). Pero cuidaré mi farola, le quitaré las pantallas, sacudiré el polvo y la reemplazaré apenas se funda; porque quien sabe, quizá mi vecino quiera ver por si mismo y no le baste con la luz que se filtra por debajo de su puerta. Él también quiere luz propia.
En este tablero, somos reyes o somos peones. Pero no hay razón para no cambiar de juego. La información es poder y la lectura un arma de revolución, la más poderosa. A mi no me corresponde quejarme, me corresponde escuchar y proponer; pero como mexicano es muy común gritar para darme a entender. No es una ley, tampoco es como si porque todos lo hacen sea motivo para dejarme caer; si empiezo a remover porque veo que las cosas son A, ¿por qué me sorprendo de encontrarme con las cosas A?
No quiero dejar el problema a otros; no quiero perpetrarlo en mi actitud, mi lenguaje, mis costumbres. Quiero invertir mi tiempo para que el mejor legado sea el know how del no seguir la corriente, del educar no para ser "alguien en la vida" sino para tener más opciones. No es el criterio que te forma la escuela, es el criterio que te da la información, la crítica y la introspección, la mano izquierda, lo obtuso.
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